Muchos habréis oído hablar de “Cien años de
soledad”. También habréis oído el nombre del ganador del Nobel de la Literatura
de 1982, Gabriel García Márquez. Por lo tanto, sabréis que esta novela es una
de las obras más importantes de la literatura hispanoamericana.
“Cien años de soledad” fue escrito después de un
periodo de gran incertidumbre que azotó Colombia, el país natal del escritor.
Por ello, hay muchas referencias sobre la lucha entre conservadores y liberales.
El principio del siglo XX del país latinoamericano estuvo marcado por La Guerra
de los Mil Días, en la cual luchó el abuelo de García Márquez. En los años
cuarenta y cincuenta, La Violencia se apoderó del país, causando una vez más la
división entre los dos grandes partidos. El autor utiliza todos esos hechos
para describir las numerosas guerras que promovió el coronel Aureliano Buendía.
De hecho, se basó en su abuelo para dar forma a ese personaje. Gracias a esas
experiencias de primera mano, pudo especificar con gran maestría el ambiente
bélico, haciendo que el lector se dé cuenta de cada detalle del conflicto.
Aunque las guerras sean una parte importante de la
obra, me gustaría destacar el tema principal: la soledad. Como bien dice el
título, es un relato de cien años de soledad. Desde los fundadores de Macondo,
José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, la soledad está muy presente en la obra,
aunque no lo parezca. La casa de los Buendía está siempre llena, durante todas
las generaciones. Aun así, cada personaje vive en su mundo propio, ajeno a la
realidad, donde se encuentran solos. Esos mundos son, por ejemplo, el mundo de
las locuras de José Arcadio Buendía, el de los pescaditos de oro del Coronel
Aureliano Buendía, el de los excesos de Aureliano Segundo etc. El autor retrata
cada mundo desde el punto de vista de cada personaje, aportando una riqueza de
metáforas y magia al mundo real.
Muchos no sabrán por qué se hace llamar este tipo de
obras del género del realismo mágico. La explicación es muy simple. El autor
introduce elementos mágicos, religiosos, símbolos etc. en la realidad. Estos
hechos que nos pueden parecer inverosímiles en un principio, aparecen en la
obra como parte de la vida real. Tal es la maestría del autor, que nos hace
creer que en la vida hay muchísima magia y que en las situaciones adecuadas
sale a darle un toque especial a la realidad. Además, el autor expresa con tal
naturalidad los hechos que la ascensión al cielo de Remedios, la bella o la
lluvia de flores nos parecen hechos normales. Las muertes, que suceden en muy
determinadas circunstancias, también son símbolo del hechizo que hay sobre
Macondo, un hechizo que parece muy real. El personaje más mágico, Melquíades,
es un enigma hasta el final de la obra. Todos podrían afirmar que era un hombre
listo, pero para el autor es el símbolo de la inteligencia. Su sabiduría no
tiene límites, es incluso capaz de predecir el futuro. Por eso, varios
personajes de distintas generaciones sienten tal fascinación por este
misterioso hombre.
Podríamos decir que “Cien años de soledad” es una
crítica a la sociedad del siglo XX. Podemos ver en los distintos personajes,
características que pueden atribuirse a diferentes grupos de la sociedad. Por
ejemplo, Fernanda representa la Iglesia. Como se le han inculcado costumbres
antiguas, se niega a avanzar. Quiere que todo el mundo sea tan cristiano como
ella, implantando una dictadura férrea en la casa. Aun así, su esposo Aureliano
Segundo vive de juerga en juerga, sin preocuparse demasiado de sus hijos o de
su esposa. Al haber tantos personajes retratando los defectos de la sociedad,
el autor decidió introducir el personaje ideal. Remedios, la bella es la
representación de la simpleza, la pureza y la inocencia. Tal es la admiración
del autor por estas características que hace que ascienda a los cielos,
utilizando el simbolismo católico. Con esta representación quiere decir que los
puros de corazón son las personas más bellas por dentro, a pesar de que la
gente no los entienda.
El siglo XX es también el siglo de los avances
tecnológicos. Todo ha evolucionado de una manera rapidísima en los últimos
años. Lo mismo pasa en Macondo. La aldea vive mientras la familia Buendía viva.
Durante todo este tiempo, los avances pasan del hielo a la compañía bananera.
Las generaciones pasan y el pueblo cambia. Pasa de ser una pequeña aldea a una
gran población con una enorme plantación de banano, referente de la región.
Pero todo lo que viene, se va. Después de la matanza de los trabajadores de la
compañía bananera (basada en los hechos de la huelga de principios del siglo
XX), la compañía se desinfla, viene la lluvia y la prosperidad de Macondo se
va. Después de la lluvia, los personajes que quedaban vivos empiezan a morirse,
dejando solo a Aureliano Babilonia. Esta soledad también se refleja en el
pueblo, medio abandonado por sus gentes. Al final de la obra, la muerte de
Aureliano significa la muerte de Macondo. Por ello, podríamos decir que la
familia Buendía es Macondo y que Macondo es la familia Buendía.
Solo podemos añadir que es un libro muy recomendable
para lectores ya bastante expertos. Requiere paciencia y concentración, pero se
disfruta mucho leyéndolo. La participación del lector es importantísima para la
interpretación de los diferentes hechos. La magia y la realidad se funden en el
corazón de esta hermosa novela que es una lectura imprescindible para cualquier
persona.